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Los íberos fueron un conjunto de pueblos que ocuparon el Levante y el sur peninsular entre los siglos VII y I a.C. Todos ellos eran diferentes entre sí, pero poseían una cultura con rasgos comunes que los diferenciaban de celtas y celtíberos.
Como ya se ha comentado, ocuparon todo el Levante y sureste de la península durante siete siglos, dejando una marca muy importante en zonas como la del Alto Guadalquivir. Concretamente, habitaron de forma importante la provincia de Jaén. Esto ha hecho que en la actualidad las tierras jienenses cuenten con una importante cantidad de restos íberos de relevancia. Fortificaciones, monumentos funerarios, ciudades, altares y otros elementos dignos de visitar.
Precisamente, la marca que dejaron los íberos en esta provincia ha hecho que se desarrolle el proyecto “Viaje al tiempo de los íberos”. Una iniciativa que cumple 20 años y que busca poner en valor y promocionar los restos de esta antigua cultura en la provincia de Jaén. A partir de varias rutas por yacimientos y museos o actividades que incluyen música, danza o teatro se ha intentado siempre promocionar este increíble patrimonio. Todo un éxito que suma año tras año más visitantes y personas interesadas.
Ciudades, tumbas y santuarios
Desde Porcuna hasta Castellar, la provincia de Jaén está llena de yacimientos íberos de relevancia. Siete paradas que nos permiten viajar en el tiempo a la vez que descubrir este paraíso interior.
Por un lado, los yacimientos de Puente Tablas (Jaén) y Cástulo (Linares) son dos de las ciudades íberas fortificadas (oppidum) mejor conocidas hasta la fecha. En el caso de Cástulo, destaca por la ocupación romana que hubo posteriormente y por el conocido Mosaico de los amores. Menos conocida es Giribaile (situada en Vilches), que ocupa 18 hectáreas de un espacio natural único y espectacular. Tampoco se nos puede olvidar la muy bien conservada muralla ciclópea de Ibros.
Más allá de ciudades y fortificaciones, en esta ruta también tienen cabida los monumentos funerarios. Hablamos de la Necrópolis de Cerrillo blanco (Porcuna) y las monumentales tumbas principescas de Hornos y Toya (Peal del Becerro).
También, otro espacio diferente sería el Santuario Ibérico de la Cueva de la Lobera (Castellar). Un santuario rupestre de entre los siglos IV y III a.C. en el que se rendía culto a diversas divinidades íberas.
La importancia de los museos
Todos estos espacios no podrían comprenderse sin una serie de espacios museísticos que los complementan. Lugares por toda la provincia de Jaén donde se explica y desarrolla lo visto en los yacimientos.
Esta fue una de las motivaciones para que naciera el Museo Íbero de Jaén. Un espacio inaugurado en 2017, centro de referencia para el estudio y difusión de la cultura íbera. También, en la capital, destaca el Museo Provincial, que alberga algunos de los restos íberos más importantes de la península.
Por otro lado, el Museo Arqueológico de Linares también es de obligada visita. La mayoría de los restos más importantes de Cástulo, como la Patena de Cristo o el león íbero-romano se encuentran en este espacio.
Y es que en general, todos los yacimientos disponen de un centro de interpretación o espacio musealizado. Lugares donde se da una explicación a lo contemplado en el exterior y tremendamente necesarios.
Jaén: paraíso íbero-interior
La riqueza patrimonial de la provincia de Jaén va más allá de lo íbero. Además de la propia capital, destacan como lugares para visitar municipios como Úbeda, Baeza o Linares.
También, cabe mencionar la importancia de los espacios naturales con el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas. Un lugar de referencia a nivel mundial de más de 214.000 hectáreas de pura naturaleza.
La mezcla entre yacimientos íberos, los elementos patrimoniales de origen medieval o moderno, los espacios naturales y la gastronomía dan lugar a una provincia digna de ser visitada en su totalidad. Jaén es única, como su pasado íbero.