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Establecer el origen exacto de las tapas es una tarea realmente complicada. Etimológicamente, la primera vez que “tapa” aparece en el diccionario de la RAE es en 1936. Un concepto que recibiría la categoría de andalucismo hasta 1970. Todo, en base a que su origen parece estar en esta región, Andalucía. A día de hoy, para el diccionario de la RAE el significado parace estar bastante más claro y aparece como:
"Pequeña porción de algún alimento que se sirve como acompañamiento de una bebida"
El problema está en que pese a que el concepto está muy bien definido en lo etimológico, el origen temporal de las tapas es todo una incógnica. Como mínimo, podemos hablar del siglo XII, siendo esta datación bastante aproximada.
Alfonso X, los Reyes Católicos y el Siglo de Oro
Varias teorías plantean que uno de los primeros consumidores de tapas fue el rey Alfonso X “El sabio”. Al parecer, todo se originó con una “prescripción médica”. El monarca debía tomar una o dos copas de vino diarias, que acompañaba de pequeños platos de comida para evitar el efecto del alcohol. Esto ocurrió en pleno siglo XIII.
Un siglo y medio más tarde, los Reyes Católicos tuvieron que hacer frente a un problema de seguridad ciudadana. Las continuas peleas a la salida de las tabernas, entre hombres ebrios, eran una constante. Ante esta situación, parece ser que los taberneros optaron por ofrecer lonchas de jamón u otro embutido. Una forma de intentar que los “complicados efectos” del potente vino fuesen menores.
Ya durante el llamado Siglo de Oro, la tapa o sus precedentes aparecieron en muchas de las grandes obras de la literatura. En el caso de la obra de Cervantes, Don Quijote las denomina como “llamativos”. Por otro lado, Quevedo, habla de los “avisillos”, que se consumirían justo antes de la comida principal.
La teoría de los labriegos y Alfonso XIII
Otra teoría ubica el nacimiento de la tapa en el entorno de los labriegos del siglo XIX. Al parecer, estos consumían chacina o queso en pequeños trozos antes de trabajar. Los acompañaban con una copa de vino. El objetivo era reponer fuerzas a la vez que evitar comidas copiosas.
También, diversos relatos hablan del nacimiento de la tapa en Cádiz. Concretamente, con la visita de Alfonso XIII a la venta “El Ventorrillo del Chato” (cerca de San Fernando). El monarca pidió una copa de vino y uno de los camareros decidió taparla con una loncha de jamón. El motivo no era otro que evitar la entrada de polvo o insectos. Una idea que pareció gustar al rey y que nos hace pensar que “encumbró” al camarero responsable. Todo un “experto en marketing del siglo XX”.
La tapa: reina de Andalucía
De procedencia real o no, la tapa reina a día de hoy en Andalucía. En Granada, Jaén o Almería, los bares de tapas son un verdadero patrimonio cultural y gastronómico. El concepto ha evolucionado con el tiempo y actualmente se sirven desde los aperitivos más básicos a verdaderos platos de alta cocina. El salmorejo, las patatas a lo pobre, el gazpacho o las habas con jamón son parte de la gastronomía andaluza. Un patrimonio único, fruto de la cultura popular gastronómica.
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