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Sin lugar a dudas, Aragón es una región única que entremezcla un innumerable patrimonio histórico con unos parajes naturales de gran belleza. Más allá de todo ello, también posee vestigios de un pasado jurásico poco conocido.
Son varios los yacimientos en los que se han encontrado restos de dinosaurios en Aragón. Todos ellos se ubican en la provincia de Teruel, salvo uno situado en Huesca. Declarados Bien de Interés Cultural, son sin lugar a dudas unos espacios aún por descubrir.
Una ruta jurásica por Teruel
La provincia de Teruel reúne la mayor concentración por metro cuadrado de restos de dinosaurios en Europa. La cantidad de yacimientos y de vestigios de este pasado dio pie a que se crease en su momento Dinópolis, un Parque Paleontológico con una sede central en Teruel capital y varios centros repartidos por los lugares de la provincia en los que ha habido hallazgos.
Nuestra ruta puede comenzar en El Castellar, un pequeño municipio con un total de 4 yacimientos. En ellos se han encontrado más de 800 icnitas, huellas de dinosaurios. Buena parte de las mismas pertenecen a estogosaurios y megalosaurios, grandes dinosaurios del Jurásico. Todas ellas conforman un “Dinopaseo” de lo más peculiar. Podemos encontrar huellas similares en Castellote y Galve, lugar donde también se han encontrado diversos restos fósiles como los de un aragosaurus, un iguanodon o un bernissartia (cocodrilo fósil). Todos ellos expuestos en el Museo Paleontológico.
La siguiente parada nos lleva a Peñarroya de Tastavins, municipio en el que se encontró el primer resto conocido de Tastavinsaurus. Este dinosaurio vivió hace más de 100 millones de años y sus restos pueden observarse en el Inhóspitak, donde se recogen todos los vestigios encontrados en la zona. Un poco más al Oeste se encuentra Ariño, donde se ha encontrado un yacimiento del Albiense, es decir, de hace más de 100 millones de años. En el mismo se han descubierto más de 348 huesos de especies como el proa valdearinnoensis o el Europelta carbonensis.
Por la zona sur de la provincia la siguiente parada es Riodeva, donde se encontraron los restos del Turiasaurus, uno de los dinosaurios de mayor tamaño. El centro que los alberga recibe el nombre de “Titania”, una de las subsedes de Dinópolis. Cerca se encuentra Rubielos de Mora, donde se encontró un enorme lago fosilizado que contenía insectos, platas y otros animales de época jurásica.
Nuestra última parada es Albarracín, donde se han encontrado restos fósiles de hace unos 150 millones de años. Unos vestigios que proceden de lo que en su momento era el mar de Tethys, el origen del Mediterráneo y que en su momento cubría la actual zona de Teruel. Es por ello que la mayoría de fósiles encontrados son de animales marinos, como el Liopleurodon, un gigantesco reptil.
Huesca y la ruta de los dinosaurios de Arén
El Alto Aragón tuvo también presencia de dinosaurios hace millones de años. El lugar en el que se han encontrado restos de ello es Arén, una pequeña población de la Ribagorza. Allí se han descubierto una gran cantidad de icnitas.
Más allá de estas huellas, en Arén se ha encontrado la mayor cantidad de restos óseos del Maastrichtiense superior de Europa Occidental. Investigaciones recientes han determinado que buena parte de estos restos pertenecen a dos tipos de hadrosaurios no conocidos anteriormente, el Arenysaurus ardevoli y el Blasisaurus canudoi. A ellos se sumaron el Arenysuchus gascabadiolorum y Allodaposuchus subjuniperus, dos tipos de cocodrilos.
En conclusión, queda claro cómo Aragón posee una serie de vestigios que pueden transportarnos a tiempos más propios de películas como Jurassic Park. Una serie de restos que se han puesto en valor y que atraen un interés turístico a nivel mundial.