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España posee una gran cantidad de rincones, espacios naturales o municipios que están por descubrir. Lugares con un patrimonio, un entorno natural o una historia que impresionan y cada día atraen a más visitantes y personas interesadas.
Es el caso de Sepúlveda, pequeño municipio de Segovia. Reconocido como conjunto histórico-artístico desde 1951, también forma parte de la Red de pueblos más bonitos de España. Junto a esto hay que añadir que dentro de su municipio se sitúa el Parque Natural de las Hoces del Río Duratón. Como se puede observar, toda una serie de elementos que hacen de Sepúlveda un lugar único, un museo vivo en plena Castilla y León.
La historia de un lugar único
Sepúlveda se sitúa en el valle del Duratón, un paraje único en la península que ha determinado su historia. Lo que en la actualidad es el Parque Natural de las Hoces del río Duratón alberga buena parte del patrimonio que ha quedado como muestra de un pasado único.
La ocupación estable de la zona de Sepúlveda y del Parque Natural datan del siglo V a.C. (Edad del Hierro), momento en el que se ha documentado un asentamiento arévaco. Posteriormente, el territorio sería ocupado zona romanos, visigodos y árabes.
Producto de estos complejos siglos quedan vestigios como el yacimiento prehistórico de El Solapo del Águila, donde además de diferentes restos cerámicos se han encontrado una serie de pinturas rupestres realmente interesantes. De época visigoda destacan diferentes santuarios-ermitas instaurados en cuevas, entre los que cabe mencionar el de la Cueva de los Siete Altares, considerada como la primera iglesia de Segovia.
De los primeros momentos de asentamiento andalusí y de ocupación cristiana no quedan muchos vestigios. Sería a partir del siglo XI cuando la zona experimentó un “auge románico” que dio pie a la construcción de diferentes iglesias y templos. Por ejemplo, uno de los lugares que más destaca dentro del parque es el Priorato de San Frutos, hoy conocido como Ermita de San Frutos, construida sobre un templo visigodo previo.
También destacan las ruinas de lo que fue el convento de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz del Río Duratón. Estos restos se ubican en el fondo del meandro de la hoz, en una pequeña lengua de tierra que se adentra en el lecho del río. El edificio fue abandonado en el siglo XIX como consecuencia del proceso de desamortización y poco a poco cayó en la ruina. La construcción del Embalse de Burgomillodo en 1953 hizo que solo se pudiese acceder a los restos en barca o canoa, que han quedado prácticamente aislados en un paisaje realmente impresionante.
Un entorno natural muy particular
Además de su increíble patrimonio histórico-artístico, el parque natural es un lugar realmente espectacular. Un paraje protegido conformado a partir de las hoces del tramo medio del río Duratón (afluente del Ebro).
Declarado Parque natural el 27 de junio de 1989, es un entorno único en el mundo, conformado a partir de un impresionante cañón que en algunos puntos alcanza los 100 metros de desnivel. Un total de 5.037 hectáreas que comprenden más allá del municipio de Sepúlveda, integrándose en Sebúlcor y Carrascal del Río.
En él se ubica colonia de buitres leonados más grande de Europa, compuesta por unas 700 parejas. Esto es posible gracias a que el parque tiene la clasificación de Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), que protege a estas especies facilitando su conservación. Sin duda alguna, la observación de estas aves y otras rapaces como alimoches, águilas reales y halcones es uno de los mayores reclamos turísticos de la zona. También se practican diferentes actividades en el entorno del río, como piragüismo, kayak o diferentes rutas de senderismo de lo más interesantes.
En esencia, como podemos ver, el Parque Natural de las hoces del río Duratón es una combinación impresionante de espacios naturales, historia y patrimonio. Esto se complementa con una gastronomía única y eventos como la Fiesta de los Fueros, en Sepúlveda. Todo ello se funde para dar lugar a uno de los lugares más interesantes de España y que ha visto crecer su interés por parte del turismo nacional e internacional. Un museo vivo digno de ser visitado.