Palacio Real de Riofrío

La reina Isabel de Farnesio (la segunda esposa del rey Felipe V) deseó que su hijo Carlos, llegase al trono de España. Pero según el orden dinástico, le correspondía antes dicha sucesión a los dos hijos mayores que el rey tuvo con su primera esposa, Luis y Fernando. Pero Isabel de Farnesio no se resignó a perder su influencia política y tuvo una gran injerencia en los asuntos de Estado.

Luis I subió al trono en el año 1724 tras haber abdicado el rey. Pero siete meses después murió y Felipe V tuvo que reasumir el reinado, y volvió a ceñir su corona hasta que murió en julio de 1746.

Tras la muerte de éste, Fernando VI sucedió el trono. Harto de las interferencias de Isabel de Farnesio en los asuntos de Estado, le dio permiso para construir un palacio, y así mantenerla al margen de la Corte (que permanecía en la Granja de San Ildefonso). Entonces Isabel de Farnesio mandó levantar el Palacio Real de Riofrío en 1751, en el área de un antiguo coto de caza de la provincia de Segovia. El proyecto fue trazado por el arquitecto Virgilio Rabaglio, siendo la decoración exterior encargada a Pedro Sermini.

Pero antes de que finalizaran las obras del palacio, se produjo un giro en los acontecimientos históricos: el rey Fernando VI murió sin dejar descendencia. Entonces la reina Isabel de Farnesio cumplió su deseo y su hijo Carlos III (que entonces era rey de Nápoles) asumió la Corona de España. Por lo que la necesidad de vivir en Riofrío desapareció. No se terminó en su totalidad el palacio y nunca fue habitado por la reina. Por lo tanto, del proyecto inicial en el que se incluían jardines, fuentes, caballerizas, casas de oficio, un convento franciscano e incluso un teatro, sólo quedó el palacio y una gran plaza (que tampoco se terminó). Carlos III incorporó el palacio al Patrimonio de la Corona tras fallecer su madre en 1766.

Posteriormente, el palacio fue usado por los sucesivos reyes en sus salidas de caza a los bosques de Riofrío. De forma habitual residió en él Francisco de Asís de Borbón (rey consorte y marido de Isabel II), quien se retiró a Riofrío cansado de las infidelidades de la reina. También vivió en este palacio Alfonso XII durante su luto por la muerte de su esposa, María de las Mercedes. 

En época de la reina Isabel II se decoraron algunos salones, destacando el dormitorio que utilizó Alfonso XII y el comedor, además de un sistema original de “llamadores” para la servidumbre.

El público no pudo visitarlo hasta que se abrió por primera vez el 14 de julio de 1965. Desde entonces y hasta 2015 se pudo visitar la Capilla Real, la Escalinata, el Pasillo de Entrada, la Primera Sala con pinturas de la “Vida de Cristo”, la Segunda Sala con pinturas de la “Vida de Cristo”, la Sala de Snyders o Cámara, la Saleta de paso o “tranvía”, el Salón de Billar, el Tranvía de los llamadores, la Cámara Oficial, el Salón, el Despacho de Alfonso XII, el Anteoratorio y Oratorio, la Saleta de Música, la Saleta de Recuerdos, el Dormitorio de Alfonso XII, el Salón de Tapices y la Cámara y Dormitorios “de Don Francisco de Asís”.

En los años sesenta se instaló en el ala este del palacio el Museo de la Caza, para ser un exponente de la historia del arte cinegético.

Entre septiembre de 2015 y diciembre de 2016 se cerraron varias salas por Patrimonio Nacional para su restauración. Dichas labores tuvieron como objetivo recuperar la función primigenia que tuvieron el Salón del Billar (ex­-Sala de Snyders), el Dormitorio del rey Francisco de Asís (ex­-Saleta de Música), y el Oratorio (ex­-Saleta de Recuerdos).

Durante ese período también se buscó potenciar la identidad histórica de las salas palaciegas con las figuras de Francisco de Asís y Alfonso XII, además, se actualizaron los contenidos del Museo de la Caza. Se enriqueció entonces el itinerario visitable, gracias al incremento de unas quinientas obras de arte, procedentes en su mayor parte de los almacenes de otros Reales Sitios.