Melilla

La ciudad autónoma de Melilla destaca por ser junto con Ceuta uno de los dos territorios españoles situados en el continente africano. La ciudad se encuentra situada en el cabo de las Tres Forcas, en el corazón de la región del Rif.

Su historia es muy similar a la de Ceuta. Sus orígenes se remontan al siglo VIII a.C., cuando se convirtió en un enclave comercial fenicio. Más tarde, en el siglo II a.C. pasa a formar parte del territorio romano. Tras las invasiones bárbaras y el fin del Imperio romano acabaría siendo controlada por el Califato Omeya hasta la conquista castellana. Como Ceuta, tuvo que fortificarse de forma importante frente a los ataques bereberes primero y británicos después. Sus límites no se fijaron y acordaron con Marruecos hasta el siglo XIX, cuando Isabel II firmó el tratado de Wad-Ras.

De todo este periodo nos ha quedado un patrimonio realmente increíble. Destaca la ciudadela denominada como “Melilla la Vieja”, una estructura amurallada defensiva de grandes dimensiones que data del siglo XVI. A su vez, cabe mencionar la denominada “Melilla la Nueva”, un ensanche de la ciudad en el que predomina el modernismo. Esta parte moderna está compuesta por edificios icónicos como el Fuerte de Camellos, el Fortín de Reina Regente, el Fuerte de Cabrerizas Altas o el Fuerte de Rostrogordo. En ambos casos, tanto Melilla “la vieja” como “la Nueva” fueron declaradas Bien de Interés Cultural en 1986, formando el Conjunto Histórico de Melilla.

Sus impresionantes playas son también un gran reclamo turístico. Destacan la playa de la Alcazaba y la Ensenada de los Galápagos.