Ermita del Cristo del Llano

La única nave del templo tiene un coro alto a sus pies, mediante el cual se accede gracias a una escalera. Un crucero y presbiterio alzado sobre gradas preceden al camarín. Las escaleras y la sacristía que llevan hasta el camarín se encuentran en espacios adosados en la parte oeste de la cabecera.
 

La portada de la fachada principal se fecha en 1682. Está compuesta por un arco de medio punto con impostas y destacada clave. Dicho arco se flanquea por pilastras toscanas. Sobre éste, hay una hornacina adintelada y avenerada -o en forma de venera, concha- que alberga una cruz y que se enmarca con pilastras colgadas. La fachada se remata con un frontón triangular con óculo en el centro. Sobre esta fachada se alza la elegante espadaña campanario dividida en dos cuerpos. El inferior presenta dos vanos de medio punto, reforzado con decorativas pilastras y aletones en los laterales. El superior acoge solo un vano rematado con frontón.
 

En los laterales de la ermita sobresalen contrafuertes, además de cuerpos adosados. La portada secundaria se encuentra en el lado este. Es de arco de medio punto que reposa sobre jambas toscanas y data del siglo XVII.
 

El cuerpo del camarín responde a la tipología de torre en su exterior, pero su planta en el interior es prismática. Exteriormente, la fecha de 1744 se muestra en uno de sus muros, mientras que en otro se encuentra una ventana cegada cuyo escudo tiene la inscripción “Ave María”. Los muros se modelan con pilastras cajeadas, óculos abocinados y molduras.
 

La nave en su interior está cubierta por una bóveda de medio cañón, que se divide por fuertes arcos fajones. Esta bóveda está ornamentada con pinturas al temple simulando mármoles, molduras, ovas, conchas y motivos vegetales. Destaca en su centro la representación de un rompimiento de gloria con ángeles músicos. En tramos siguientes se presentan lienzos triangulares con escenas de la vida de la Virgen (Anunciación, Visita a Santa Isabel, adoración de los pastores y Huida a Egipto). En la bóveda del coro también se pueden ver pinturas, como un anagrama de Jesús del Llano bajo un dosel rodeado de ángeles, querubines, palmetas, volutas y floreros, situados entre la imitación de mármoles. La bóveda de media naranja que cubre el presbiterio también está policromada con pinturas murales. En los ocho radios de la misma se distribuyen escenas de la vida y pasión de Cristo. Las pechinas están ocupadas por pinturas de los cuatro evangelistas.
 

Al fondo del presbiterio se sitúa un retablo con tres lienzos originales en su ático que representan a la Santísima Trinidad, San Francisco y Santa Teresa. Tras este retablo se adivina el camarín del cristo del llano. Al camarín se sube por una escalera tras la sacristía, cuyo rellano tiene una cúpula ricamente decorada.
 

Ya dentro del camarín, el visitante se envuelve en su profusa decoración. Sobre el zócalo, se elevan estípites complejos de orden corintio, estructurando los ejes de un primer cuerpo. Un nuevo cuerpo de estípites que albergan hornacinas se alza sobre una quebrada cornisa. Los óculos abocinados resguardan yesos trenzados con formas vegetales y grotescos mascarones. La cubierta del camarín se hace por una increíble bóveda polilobulada que reposa sobre trompas en las estípites, hornacinas y pedestales dorados y policromados. En este escenario proliferan cientos de figuras de santos, ángeles, putti, alegorías, aves exóticas, vegetales y frutas. Sin olvidar sus espejos incrustados, que incrementan  el fantástico efecto óptico de profusas luces y brillos.