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Andalucía posee una serie de rincones que pueden transportarnos a través del tiempo. Por su situación geográfica, la historia de esta región es de lo más rica y variada. Desde restos de los primeros homínidos hasta construcciones contemporáneas realmente impresionantes pueden contemplarse en 8 provincias únicas.
Los primeros homínidos y tiempos prehistóricos
Nuestra primera parada en este viaje por la historia es la provincia de Granada. Concretamente, debemos de situarnos en Orce, núcleo de la comarca de Baza. En Venta Micena, pedanía de este municipio, el arqueólogo José Gilbert descubría en 1982 unos controvertidos restos que a partir de ese momento se conocerían popularmente como “el hombre de Orce”.
Los yacimientos de Barranco León y Fuente Nueva se han datado en torno a los 1,4 millones de años. De ellos proceden los restos de un homínido cuya especie está en discusión y que se consideran como los más antiguos de Europa. Claramente, esa incógnita de “el hombre de Orce” siempre estará ahí. A pesar de ello, no pueden pasarse por alto los 15.000 huesos fósiles y cientos de restos de artefactos usados para cazar o despiezar encontrados en la zona.
De época prehistórica debemos de destacar también diversos yacimientos muy populares en Andalucía. Del Paleolítico destacan la cueva de Nerja (Málaga), que incluye importantes pinturas rupestres. También, existen vestigios paleolíticos en Sierra Morena y la Subbéticas, donde abundan yacimientos paleolíticos como la Cueva de los Murciélagos de Zuheros (Córdoba). Ya en lo que se refiere al Neolítico destaca el yacimiento de los Millares en la Sierra de Gádor, provincia de Almería o los popularmente conocidos dólmenes de Antequera. También deben de remarcarse los supuestos vestigios de la civilización tartésica, sobre cuya existencia hay muchas dudas y que se circunscribiría a las actuales provincias de Cádiz, Sevilla y Huelva.
La Edad Antigua: conexiones con Oriente
Durante la Edad Antigua se establecieron en lo que actualmente es Andalucía diversos pueblos y culturas que cambiaron de forma importante la situación peninsular. A partir del siglo IX a.C., los fenicios llegaron a costas andaluzas, estableciéndose en diferentes puntos ahora de relevancia arqueológica. Procedentes de Tiro (Líbano) fundaron colonias como Malaka (actual Málaga), Gadir (actual Cádiz) o Sexi (actual Almuñécar). Yacimientos como el del Cerro del Villar (Málaga) o el de Doña Blanca (Puerto de Santa María) son algunos de los más representativos de estos colonizadores en territorio andaluz. Enclaves visitables que se han puesto en valor a través de un proceso de reinterpretación y restauración.
Según autores clásicos, como Heródoto, la colonización griega de la península también tuvo repercusión en Andalucía. Supuestamente, los griegos fundaron Mainake, una colonia de la que no se conoce la ubicación exacta, pudiendo encontrarse entre Almuñécar y Málaga.
Lo cierto es que griegos y fenicios fueron determinantes en el desarrollo de los pueblos íberos. Los contactos comerciales que se establecieron determinaron que en diversos yacimientos íberos se encuentren cerámicas u otros artefactos de origen griego, fenicio u oriental, que ahora ocupan un lugar de relevancia en los fondos de diversos museos andaluces. Por ejemplo, en el recientemente inaugurado Museo Íbero de Jaén se conserva un conjunto de cráteras griegas de enorme valor, piezas clave en la exposición titulada "La Dama, El Príncipe, el Héroe y la Diosa".
Precisamente, en lo que se refiere a yacimientos íberos, la zona de Andalucía Oriental es realmente rica. Principalmente la provincia de Jaén, en la que se puso en marcha la iniciativa Viaje al Tiempo de los Íberos, que ofrece un recorrido por los diferentes puntos de interés de este antiguo pueblo en la provincia. Así, dentro del recorrido destacan yacimientos como Cástulo (Linares) o Puente Tablas (Jaén). Muchos de estos núcleos tendrían continuidad en época romana, de hecho, en Cástulo se conserva el conocido como Mosaico de los Amores, que ha sido estudiado y reconocido por medios como National Geographic.
Con la llegada de las legiones romanas el territorio que actualmente ocupa Andalucía se transformó de forma considerable. Tras imponerse a Cartago, Roma comenzó un proceso de urbanización y supo extraer los importantes recursos agrarios o mineros andaluces. Así, en la actualidad quedan como muestra de esto diferentes yacimientos como Itálica, en Santiponce (Sevilla), que ha visto crecer sus visitantes exponencialmente en los últimos años después de que su buen conservado anfiteatro fuese usado en Juego de Tronos. Otros puntos que deben de ser visitados para comprender lo que fue el territorio actualmente andaluz en época romana serían Baelo Claudia (Cádiz), el Teatro romano de Málaga, la necrópolis de Riotinto (Huelva) o la Villa Romana de Salar (Granada). Todo ello se complementa con los espectaculares restos presentes en la red de museos arqueológicos de Andalucía.
La reconocida Edad Media y su legado en el patrimonio andaluz
Con la crisis y caída del Imperio romano Andalucía fue una zona de pugna entra Visigodos y Bizantinos. Una época de la que no han quedado grandes restos de relevancia. Por el contrario, con el nacimiento de Al-Ándalus también se crearon una serie elementos patrimoniales que a día de hoy constituyen verdaderos puntos de referencia en Andalucía. Un conjunto de espacios innumerables y de los que cabe seleccionar una muestra.
Con la constitución del Emirato de Córdoba, que acabaría transformándose en Califato (756-929) nacería la Mezquita de Córdoba (actual mezquita-catedral), una impresionante obra arquitectónica conocida a nivel mundial y de referencia en la Historia del Arte. En este periodo, la ciudad de Córdoba se transformaría de forma importante al ser capital del ente político, apareciendo edificios y puntos de relevancia como el Alcázar o diferentes baños. Nacería también Medina Azahara, ciudad palatina construida por Abderramán III en el siglo X.
La desintegración del Califato en el siglo X llevó a que se constituyeran unidades políticas independientes en toda la península, conocidas como Taifas. Esta situación se transformó con la constitución del Imperio almohade. De este periodo nos quedan la Giralda o la Torre del Oro en Sevilla (siglos XII-XIII).
La derrota almohade en las Navas de Tolosa en 1212 frente a la coalición de reinos cristianos determinó el fin del dominio peninsular de este Imperio. Finalmente, solo el Reino nazarí de Granada resistió, siendo el último enclave de lo que fue Al-Ándalus. Una unidad política que transformó Granada y que nos ha legado probablemente el edificio de mayor valor patrimonial en Andalucía y España: el complejo monumental de la Alhambra y el Generalife. Del monumento nazarí por antonomasia poco más se puede decir que su visita es obligatoria y que debe de complementarse con otros puntos de tierras granadinas como el Albaicín o los diferentes cármenes que lo componen.
Desde el periodo castellano hasta la actualidad
La caída de Granada en 1492 hizo que Andalucía al completo pasara a formar parte de la Corona de Castilla. Con el comienzo del comercio con Indias, el territorio andaluz, especialmente Cádiz y Sevilla se vieron completamente transformadas. De esa época nos han llegado espacios como la Casa de Contratación (Sevilla) que actualmente es el Archivo General de Indias. También perduran en la actualidad diversos espacios católicos como catedrales o iglesias que se levantaron sobre lo que anteriormente eran mezquitas.
Durante la Edad Moderna, por su patrimonio, cabe mencionar dos ciudades: Úbeda y Baeza. Los dos núcleos jienenses poseen una serie de elementos patrimoniales que le han valido ser declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su esplendor en el siglo XVI quedó plasmado en la Sacra Capilla del Salvador, la Catedral de la Natividad de Nuestra Señora de Baeza, el Hospital de Santiago o la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares.
Ya en el siglo XVIII nacerían en territorio andaluz una serie de municipios consecuencia de la política de repoblación de zonas despobladas que desarrollaron el ministro ilustrado Campomanes y Pablo de Olavide. Surgieron así La Carlota, La Luisiana, Cañada Rosal o La Carolina, municipios con una estructura urbana única y digna de visitarse.
De los últimos siglos cabe destacar todo el patrimonio industrial del siglo XX, como serían los altos hornos de Marbella, el Cable Inglés de Almería o las minas de Riotinto en Huelva, que como hemos comentado se explotaban ya en época romana. A su vez, de época de la Guerra Civil nos quedan diferentes refugios como los de Jaén o Almería. También cabe señalar finalmente la increíble red museística, tanto dedicados a las artes, costumbres, arqueología o la historia que posee Andalucía.
En definitiva, como se puede observar, Andalucía es una tierra en la que se puede conocer desde la Prehistoria hasta nuestros tiempos más recientes. Una región con unas grandes particularidades que la diferencian a nivel mundial y cuyo patrimonio es universalmente conocido de forma realmente merecida.