Tarragona

Heredera de tiempos romanos, la ciudad de Tarragona se ubica en uno de los parajes naturales más bellos de España, la Costa Dorada.

La ciudad de Tarragona nace como tal en época romana. El núcleo, denominado Tarraco, se convirtió en una de las ciudades más importantes del Imperio. Previamente, en la zona hubo un poblado íbero que acabó cayendo con la llegada de las legiones dirigidas por los Escipiones. La ciudad se desarrolló urbanísticamente de una forma increíble. Con la constitución del Imperio, el emperador Augusto se trasladó a la ciudad durante un tiempo para dirigir la invasión de los cántabros y astures.

Del periodo romano, Tarragona conserva innumerables restos patrimoniales. Destacan obras de carácter civil o lúdico como el anfiteatro, el acueducto, el circo o el foro. También existen restos de construcciones defensivas como las murallas o la torre de los Escipiones. También se conserva la necrópolis paleocristiana cerca del río Francolí. 

Tras la invasión visigoda, Tarragona cayó en manos musulmanas. Un dominio que perduró hasta el año 1116, cuando Ramón Berenguer, conde de Barcelona, entra en la ciudad con sus tropas. A partir de este momento Tarragona recuperó valor político y económico, hasta el siglo XIV. Durante el final de la Edad Media y durante la Edad Moderna la ciudad sufrió diversas epidemias de peste que debilitaron a su población y su economía. Ya en el siglo XIX, tras la derrota napoleónica, Tarragona se expandió y creció derribando parte de sus antiguas murallas. 

Cabe mencionar, de tiempos medievales y modernos, diferentes lugares de la ciudad. Por ejemplo, la Catedral, de estilo gótico. También destacan el Camarín del Convento de los Padres Carmelitas Descalzos o la Pla de la Seu.

De los siglos XIX y XX la ciudad posee icónicos lugares. Por ejemplo a Casa Ripoll, la casa Bofarull y la casa del Doctor Aleu, todas ellas obras del arquitecto Josep María Pujol i Barberá. También cabe mencionar el Mausoleo de Jaime I.

En definitiva, Tarragona es una ciudad en la que se congrega un inmenso patrimonio de gran calidad. Esto se combina con playas y parajes naturales como la cala de la Roca Plana o la de Jovera.