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Los primeros datos que se conservan escritos de los propietarios del Castillo de Santa Florentina, son protagonizados por Guadamir de Canet (1024), Gilabert de Canet (1041) y Arnaldo de Canet (1168). Esto atestigua la existencia de la primera saga de los Canets. El siglo XI es también la época en la que la Domus de Canet, se erige como el primer núcleo de masías construidas en las vertientes del valle, bajo la advocación de San Pedro de Romaguera (hay estudios que confirman su localización cerca de la Domus).
En el siglo XIII, se consolida la importancia de la Domus de Canet. Se formó un núcleo pequeño de población entorno a la Domus, y continuaba todavía la familia Canet como propietarios, con Ferrer de Canet -caballero y señor de la casa Canet-. En el año 1251, Ferrer de Canet hizo testamento a favor de su hija Bartomea, que estaba casada con Bernat de Villalba. Estos luego fueron los padres del gran Ferrer de Canet, que protagonizó la expansión y la presencia de la Domus.
Gran Ferrer de Canet, fue el consejero de Alfonso el Benigno y el embajador ante el Papa en el año 1335. A la muerte de Alfonso, continuó sirviendo a la Corona con Pedro IV el Ceremonioso. Fue consejero, mayordomo y el representante del Rey ante el Papa. Por lo que, para la Domus, fue una época de esplendor hasta el año 1346, que hizo también que la casa incorporara importantes mejoras, construyéndose las torres.
En el año 1347, Gran Ferrer de Canet fue sucedido por Arnau de Canet, quien se casó con la Marquesa de Besora, e incorporó las posesiones de los señoríos de Besara i Montesquieu. En una de las torres, pidió autorización eclesiástica para la construcción de una capilla en honor a Santa María y las Once mil Vírgenes.
Ya entrado el siglo XIV, en el año 1412, Gilabert de Canet -hijo de Arnau-, hizo testamento, pasando la herencia a su hija Antonia de Canet, ya que no tuvo hijos varones. Antonia se casó con Guillermo de Peguera, y amplió sus tierras hacia el linaje de Peguera.
Un incendio en 1430, provocado por la revolución campesina de los “remensas” -pago en concepto de rescate que tenían que dar los payeses a su señor para abandonar la tierra-, hizo que hubiese que recuperar la Domus.
En el siglo XVI, se produce un cambio en cuanto a propiedad se refiere de la Domus. Juan de Peguera, cedió los derechos de ésta a la familia Spano. Este nuevo linaje, nos transporta hasta el origen de los Montaner a finales de siglo: el matrimonio de Ana Spano y Felipe Dimas de Montaner. Felipe, era abogado, consejero y ciudadano honrado de Barcelona, y se hizo con la administración de la casa de Canet.
En el siglo XVII, toman importancia las familias Montaner Orlau y Montaner Bosch, representaron la importancia de la casa de Canet “Domus”, con la incorporación de actividades como la navegación y el comercio de ultramar.
En el siguiente siglo, se inicia una línea de sucesión directa del empresario Antonio de Montaner y Bosch, que se casó con Josefa Esteva. Antonio fue el artífice del actual Castillo de Santa Florentina.
Su hijo Ramón Montaner Esteva, se casó con Teresa Vila Misser, y éstos tuvieron por hijo a Ramón Montaner i Vila; empresario del ámbito editorial, que fundó en el siglo XIX la editorial Montaner y Simón junto con Francisco Simón -hoy sede de la Fundación Antoni Tàpies-. El proyecto para esta fundación fue encomendado a su sobrino, el arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner, quien a finales de siglo rehabilitó la Domus.
Se sabe por noticias de prensa, que en 1899 Ramón Montaner compró elementos arquitectónicos procedentes del antiguo Priorato de Tallar de Rocallaura (Lleida), concretamente el claustro y decoraciones de ventanas, para incorporarlos al castillo.
Alfonso XIII hizo estancia en 1908, otorgando a Ramón de Montaner el título de conde del Valle del Canet. Debido a su dedicación empresarial, este castillo se convirtió en un lugar concurrente por parte de poetas, literatos, artistas, políticos y amigos, que debatían de diferentes temas. Su hija Julia de Montaner y Malattó, se casó con Ricardo de Campany y Roura, quien fue un hombre erudito vinculado con el mundo del arte de Barcelona. Esto fue un valor añadido importante en la vida de Ramón de Montaner. La participación del yerno de Ramón en el nuevo proyecto del castillo, también fue decisiva para su resultado final.
En el año 1899, nació el hijo de Ricardo y Julia, Ramón de Campany i Montaner. Éste fue el siguiente eslabón en la propiedad del castillo. Un hombre erudito, pintor e ilustrador. Se casó el 30 de abril de 1928 en la capilla de Santa Florentina, con Mª Teresa Suqué i de Espona. Sus herederas fueron entonces dos hijas, Florentina y Maria Teresa Campany y Suqué.
Años más tarde, en 1949, el Castillo de Santa Florentina fue declarado Monumento Arquitectónico Nacional.
Desde su catalogación como bien de interés nacional a finales del pasado siglo, este castillo recibe visitas guiadas en sus espacios nobles y suntuarios. También es lugar de celebración de eventos y de actividades sociales, teniendo lugar cada año el Festival de Música Clásica Castillo de Santa Florentina.
Dirección y teléfono
Horarios
Las visitas son guiadas y con reserva previa.
Sábados y tercer domingo de cada mes (excepto días por disponibilidad de la propiedad): a las 10:30 horas.
Tarifas
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